Aunque el parabrisas en un coche siempre nos protege de elementos exteriores como el viento, piedras o polvo, sus otras funciones pasan fácilmente desapercibidas. Muchos conductores desconocen su función vital en la seguridad al volante.
La luna delantera en un vehículo no solo cumple las tareas básicas que ya conocemos, también tiene un papel fundamental en la reducción de daños en el caso de accidentes y nos protege también desde dentro.
Al margen facilitar nuestra visión y protegernos de pequeños golpes, un parabrisas también sirve para estas cinco funciones que te explicamos a continuación.
El parabrisas supone casi la mitad de la resistencia estructural del coche
La resistencia estructural es el concepto que se usa para referirse al aguante frente a una carga o impacto. En este caso, es importante que los vehículos actuales sean capaces de soportar cargas y golpes cada vez mayores para minimizar los daños en el interior.
Lo sorprendente es que el parabrisas es una parte fundamental para soportar esta presión, sobre todo en el caso de volcado o de accidentes graves. Es una de las piezas clave para evitar que el techo del coche se hunda o la estructura se deforme.
Es el principal motivo por el que insistimos en que el parabrisas de un coche siempre tiene que estar en las mejores condiciones. Se trata de una cuestión de seguridad.
El parabrisas nos protege del sol mientras conducimos
Aunque bloquee el aire y las pequeñas rocas que puedan saltar hasta nuestro coche, lo cierto es que el elemento externo contra el que más nos protege el parabrisas es el sol.
El cristal laminado de los parabrisas contiene capas que bloquean alrededor del 90% de la radiación ultravioleta que nos llega. En realidad, se trata de una capa de vinilo con estas propiedades que, por ejemplo, no tienen la mayoría de las ventanillas laterales.
Los últimos modelos de parabrisas incorporan sensores de luz y lluvia
No todos las lunas delanteras los llevan, pero los últimos modelos incorporan funciones “inteligentes” que permiten detectar cuándo hay poca luz para encender los faros del coche o cuándo la luna delantera está mojada para activar los limpiaparabrisas.
Aunque no todos los parabrisas necesitan un sensor para facilitar la conducción bajo la lluvia. También existen tratamientos antilluvia gracias a los cuales minimizamos la dependencia de los limpiaparabrisas incluso bajo fuertes lluvias.
Este es solo un ejemplo de cómo los parabrisas también pueden incorporar tecnología que mejore nuestra experiencia al volante.
Parabrisas térmico para el invierno
Otra de las comodidades que incluyen los parabrisas actuales es la posibilidad de calentarse en invierno cuando llegan las heladas. Esta función hace que no dependamos de la rasqueta u otros métodos para retirar el hielo del cristal que podrían dañarlo.
El parabrisas térmico es una de las funcionalidades más útiles para evitar accidentes o atropellos derivados de la falta de visibilidad al volante por culpa del hielo.
La relación entre el parabrisas y el airbag
Aunque parezca sorprendente, la luna delantera de un coche y el airbag están preparados para actuar conjuntamente en caso de accidente.
Además de mantener la estructura del vehículo, la colocación del parabrisas es muy importante si se produce un choque. La relación entre la luna frontal y el airbag se resume en que, con el impacto y la fuerza del airbag al activarse, la luna delantera tiene que soportar la fuerza necesaria para no desencajarse y salir despedida hacia delante.
Aunque se trata de un elemento pasivo en todos los vehículos, el parabrisas es una de las partes más importantes. Por eso siempre te recomendamos acudir a un profesional para revisiones, reparaciones y cambios.
Los técnicos de Cristalbox te asesorarán con todas las garantías para tu seguridad y la de quienes viajan contigo. Puedes pedir cita utilizando nuestra web, teléfono o poniéndote en contacto con tu taller más cercano a través de nuestro localizador.