Una de las reparaciones de lunas de vehículos más comunes es la de un ojo de buey. Normalmente, se trata de un golpe circular de diámetro no muy grande y que, en principio, no supone un riesgo grave, aunque puede comprometer seriamente la visibilidad del conductor.
¿Cómo se produce un ojo de buey en el parabrisas?
Imagina circular con tu vehículo por una carretera o camino y que algo impacte de repente en tu parabrisas. La situación puede empeorar: imagina que esa piedra provoca un chinazo que haga una especie de agujero en la luna delantera de tu coche.
A ese tipo de golpes los llamamos ojos de buey. Son una avería muy común y, en la mayoría de casos, puede repararse.
¿Qué es un ojo de buey?
En realidad, un ojo de buey no produce (habitualmente) un agujero en el parabrisas. Lo que hace es dañar la primera capa del cristal laminado.
Los ojos de buey que reparamos habitualmente suelen ser impactos producidos por una piedra en la capa externa del parabrisas. Si no han producido un daño más profundo, recurrimos a la reparación con productos especiales y en cuestión de minutos el vehículo puede volver a la circulación.
Un ojo de buey producido por una piedra suele producir una rotura con forma redonda, con un círculo más oscuro alrededor de la zona del impacto y un punto claro en el centro del golpe. Aunque tiene grietas concéntricas al centro del impacto, también puede mostrar algunas pequeñas rajas en otras direcciones.
¿Cómo se repara un ojo de buey en el parabrisas?
Para reparar un ojo de buey causado por un golpe en el parabrisas tenemos que entender cómo se ha producido el daño en la luna delantera. En casos reparables se trata de un impacto que ha atravesado la primera capa del cristal laminado y ha llegado a la capa de polímero que une las distintas láminas del parabrisas.
Si determinamos que la reparación es posible, entonces limpiamos el impacto y aplicamos una resina especial con un inyector en la parte dañada. Esto debería rellenar los huecos en los que el cristal se ha desprendido hasta eliminar completamente las pequeñas grietas y el agujero causado por el ojo de buey.
Después de aplicar la resina esperamos a su secado y pulimos la superficie para que no haya ninguna irregularidad con el resto del vidrio del parabrisas. De esta forma, el ojo de buey estaría arreglado y el vehículo podría volver a circular.
¿Cuándo puede repararse un ojo de buey?
Todos los daños en el parabrisas tienen distintas gravedades dependiendo de la situación. En el caso de los ojos de buey sucede lo mismo. El daño puede estar producido por objetos de distinto tamaño, y en el caso de que el impacto sea muy grande habrá que recurrir a la sustitución.
Estos son los casos en los que habitualmente podemos reparar el parabrisas dañado de un coche:
- El ojo de buey está fuera de la visión del conductor.
- El ojo de buey se encuentra lejos de los márgenes del parabrisas.
- El diámetro del ojo de buey es menor que el de una moneda de dos euros.
- Los cambios de temperatura o baches no han causado un daño mayor con el tiempo.
Con los tipos de daños de parabrisas el primer paso es saber cómo identificarlos para aplicar la reparación más adecuada siempre que se pueda. Aunque lo más importante es actuar a tiempo. El parabrisas es una de las partes más importantes para garantizar la seguridad de los pasajeros de un vehículo, por eso es importante cuidarlo y solucionar los problemas con garantías cuando se produzcan.
Cada caso es distinto y siempre recomendamos ponerse en manos de un profesional antes de determinar los daños en el parabrisas del coche. En Cristalbox podemos ayudarte si te pones en contacto con nosotros a través de nuestro teléfono o usando nuestro formulario web para reservar cita en tu taller más cercano.