Las lunas traseras térmicas se han incorporado a nuestra conducción hasta el punto de que hoy en día, en España, su uso es obligatorio.
Al igual que el resto de cristales y lunas de nuestro coche, no solo nos facilitan la visibilidad. También nos aportan seguridad, por lo que es importante tenerlas en buen estado.
Una de las tecnologías que más comodidad y seguridad ha aportado a la conducción son las lunetas o lunas traseras térmicas.
El sistema de lunas traseras térmicas se basa en un circuito de calefacción que no sirve para mejorar la temperatura del coche sino para calentar el cristal. De esta forma se previene el empañamiento y la pérdida de visibilidad en maniobras como dar marcha atrás.
¿Qué son esos hilos que cruzan la luna trasera?
Durante las últimas décadas, los modelos más nuevos de coche incorporaban unas líneas horizontales que los cruzaban de parte a parte. No son un elemento decorativo, ni un elemento de refuerzo. Se trata de las líneas que permiten que esa luna se considere térmica con los beneficios que conlleva.
Esos hilos son en realidad un circuito que va conectado al resto del coche y que regulan la temperatura del cristal con respecto al exterior con un voltaje muy bajo. Básicamente, evitan que la humedad del interior del coche se condense en el cristal trasero.
Mantenimiento de la luneta trasera térmica
Por lo demás, las lunas traseras térmicas no son una tecnología que requiera de un mantenimiento exhaustivo. Es duradero, depende del propio vehículo y no es un elemento que suela fallar.
Para poder contar con las lunetas térmicas por muchos años la principal precaución que tendremos que tener es cuidar de no cargar tanto nuestro coche que los objetos rocen con el circuito. De esta forma sí que puede deteriorarse y no ser tan efectivo o incluso puede dejar de funcionar.
¿Mi luna trasera térmica ha dejado de funcionar?
Aunque duraderas, un roce demasiado brusco desde el maletero o una limpieza agresiva pueden dañar los filamentos de la luna trasera.
Notaremos que una luna trasera térmica no funciona porque en los días de más frío no cumple su función y la ventana de atrás de nuestro coche se empañará con facilidad.
¿Qué podemos hacer cuando una luna trasera se ha roto o ha dejado de funcionar? Lo más probable es que se haya dañado el circuito. La mejor solución es acudir a un taller de confianza para que identifiquen el problema y den con la solución adecuada.
Puedes acudir a cualquiera de los más de 200 centros Cristalbox repartidos por todo el país. Somos especialistas en sustitución y reparación de lunas. Para solicitar asistencia con los cristales de tu vehículo, puedes reservar cita a través de la web oficial, por teléfono o desde tu smartphone o tablet utilizando nuestra App.