Sustitución del parabrisas: rajado, despegado, esmerilado

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En el blog de Cristalbox hemos hablado de algunas de las averías más comunes en el parabrisas que reparamos en nuestros talleres. 

Aunque siempre intentamos, en la medida de lo posible, reparar las diferentes roturas que puedan producirse, no siempre nos es posible y en ocasiones tenemos que recurrir a la sustitución.

Muchos de nuestros clientes se preguntan cuándo sustituir y cuándo reparar el parabrisas del coche. Aunque ya hablamos de ello, en este post vamos a explicarte los conceptos más importantes a la hora de hablar de una luna delantera que requiere sustitución.

Raja en el parabrisas

Este es uno de los conceptos más comunes y sencillos de entender. Puede producirse por muchos motivos, incluso por un golpe en el parabrisas que se deja demasiado tiempo sin revisar. A partir de ese punto intervienen distintos factores en generar una raja o grieta irreparable en el parabrisas, desde los cambios de temperatura a nuevos golpes.

Recuerda que incluso una pequeña grieta puede extenderse y suponer un peligro importante para la seguridad del vehículo.

Es el principal motivo por el que en nuestros talleres recurrimos a la sustitución cuando un parabrisas está rajado, incluso cuando la grieta está fuera de la visión del conductor.

Parabrisas despegado

Esto no es una avería en sí, porque no tiene por qué producirse por un golpe. Pero sus efectos son muy notables y presentan un peligro importante.

Hay varias diferencias entre el cristal delantero y el resto de lunas del coche. El cristal que compone los parabrisas es especial. Se llama cristal o vidrio laminado porque está formado por varias capas con distintas propiedades que son las que refuerzan el cristal delantero de nuestros vehículos.

Este concepto de “parabrisas despegado” no se debe a que el parabrisas se salga del sitio o no esté bien adherido a los marcos, sino a que las láminas que lo componen empiezan a despegarse, sobre todo por los bordes.

Los efectos que puede tener es el empañamiento que nos impida la visibilidad en las áreas afectadas y, conforme se va extendiendo, esto supone un peligro mayor al no poderse solucionar fuera del taller.

Parabrisas esmerilado

Un parabrisas esmerilado no siempre es visible, solo se aprecia en unas condiciones de luz determinadas, y es cuando presenta mayor peligro.

Ocurre cuando se conduce habitualmente por zonas en las que el viento mueve polvo y arena que pueda erosionar la primera capa del cristal con el tiempo. El efecto que tiene es que genera pequeños poros o agujeros en el parabrisas que no son visibles a simple vista pero que producen un reflejo cuando otras luces intensas inciden en la superficie. Por ejemplo, la luz solar o los focos de otros vehículos, que pueden producir un destello.

Además, al no ser la superficie del cristal delantero lisa, la eficacia de los limpiaparabrisas en condiciones de lluvia se reduce.

Queremos agradecerte la confianza en nuestros talleres

En Cristalbox queremos premiar la confianza que nuestros clientes nos han brindado a lo largo de todos estos años. Por eso, hemos lanzado una nueva campaña promocional en la que te llevas un regalo por la reparación o cambio de parabrisas.

Esta vez, repetimos tras el éxito de nuestra campaña del 25 aniversario de Cristalbox.

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